Para ser un cubanólogo en Miami en primer lugar usted necesita ser un gran desconocedor de Cuba. Mientras más tiempo lleve sin
tener contacto directo con la isla y su pueblo mejor; no importa que saber de Cuba sea el objetivo declarado de la cubanología, porque solo es un truco que se basa en mentiras y alucinaciones. Para ser un cubanólogo en Miami usted debe decir lo que le gusta a la extrema derecha cubanoamericana, que es la que controla los medios de la ciudad.
El cubanólogo de Miami debe estar siempre desinformado y desinformando; ocupado primero en impedir, después en entorpecer y en estos momentos en difamar el proceso de normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Como puede apreciarse, las metas de los cubanólogos miamenses se han contraído. De tratar de impedir las relaciones, pasaron a conformarse con entorpecerlas y ahora solo les queda el consuelo de calumniarlas. No sé si algún día llegarán a resignarse, porque lo único que han conservado es el fanatismo y el pataleo en la irrealidad, quedándose solos y rechazados en el lado opuesto de la historia.
Una de las campañas con que los cubanólogos de Miami trataron de torpedear la imagen de Cuba para que se malograran las negociaciones que después del 17 de diciembre de 2014 la opinión pública internacional ha conocido en toda su magnitud, se relacionó con el barco norcoreano Chong Chon Gang, detenido en Panamá en julio del 2013, el cual llevaba azúcar y un lote de armas procedentes de Cuba. Equipo obsoleto para ser sometido a reparación, y que el MINREX cubano describió en detalles en declaración oficial del 16 de julio de 2013. Decía la nota de la cancillería cubana: “en la citada nave, se transportaban 240 toneladas métricas de armamento defensivo obsoleto -dos complejos coheteriles antiaéreos Volga y Pechora, nueve cohetes en partes y piezas, dos aviones Mig-21 Bis y 15 motores de este tipo de avión, todo ello fabricado a mediados del siglo pasado-, para ser reparado y devuelto a nuestro país”.
Los cubanólogos no tomaron nota de lo dicho y desataron una campaña que duró meses. En los medios de Miami se decía que los Migs podían ajustarse para portar bombas atómicas y que los Volga y Pechora podían llevar ojivas nucleares.
En función de cubanólogo Eli César, miembro de la brigada mercenaria 2506, dijo que fuentes oficiales panameñas le habían asegurado que en el Chong Chon Gang iban más armas que las declaradas por Cuba; mientras el abogado Larry Palomares, enyuntado con el ex embajador Willie Cochez, declaraba a la prensa que esto tenía que ver con el pacto Kennedy-Kruschov. Pero el cubanólogo que más deliró por esas fechas fue Juan Tamayo, periodista de El Nuevo Herald hoy retirado, que llegó a citar pruebas de una supuesta alianza militar ofensiva entre Cuba y Corea del Norte, sacada de un llamado informe secreto que en realidad estaba en la web “38norh.org”, de acceso general.
Como se sabe esa campaña anticubana no fructificó; todo lo contrario, Cuba conservó y acrecentó su prestigio internacional.
Pero las campañas de los cubanólogos no se detuvieron. En marzo de este año 2015, ya anunciado el inicio del proceso de normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, pero aún sin abrir las correspondientes embajadas en Washington DC y La Habana, se produjo en Cartagena de Indias, Colombia, el registro del buque chino con bandera de Hong Kong Da Dan Xia, que como parte de su carga transportaba material militar cuya documentación indicaba que iba destinado a Cuba.
La propaganda anticubana a partir de este suceso fue de menor intensidad que la alharaca montada con el Chong Chon Gang, quizás por la frustración de la derecha ante las declaraciones hechas por los presidentes de Estados Unidos y Cuba pocos meses antes. No obstante, los cubanólogos exigían que en virtud de lo que llamaron alianza militar, ahora entre Cuba y China, los Estados Unidos debieran dejar a la isla en la injuriosa lista de patrocinadores del terrorismo y retractarse de la apertura de embajadas. A pesar de la perreta, en mayo Cuba fue sacada de esa lista donde nunca debió estar; y en julio y agosto los dos países inauguraron sus embajadas.
Y ahora viene la más reciente pataleta de los cubanólogos de Miami.
Ayer miércoles 14 de octubre el Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos (ICCAS), que se promueve como parte de la Universidad de Miami pero que es en la vida real un grupito de conversadores anticubanos hospedados en la Casa Bacardí de Brescia Ave, circuló un correo electrónico en el que aseguraba haber recibido la información de que el Ministro de las FAR Leopoldo Cintra Frías había visitado Siria recientemente (no dan fecha), nada más y nada menos que para apoyar por tierra con tropas y tanques las incursiones aéreas de Rusia.
¿Y a dónde lleva todo esto? Pues a la afirmación gratuita de que eso sería prueba de que Cuba prefiere llevarse con los enemigos de Estados Unidos, y que debido a esa supuesta ingratitud el Presidente Obama debe revisar su política hacia la isla.
Esta noticia del ICCAS no sobrevive unas horas. En primer lugar porque a pesar de algunos desentendimientos iniciales, Rusia está combatiendo al mismo enemigo que enfrenta Estados Unidos, los terroristas de ISIS, razón por la que el influyente periódico The New York Times le ha pedido al presidente Obama que vea a Rusia como aliada en ese objetivo.
En segundo lugar, porque nadie puede creer seriamente que un país va a preparar una operación comando a miles de kilómetros de su territorio, y enviar al frente de esa acción al Ministro de sus Fuerzas Armadas.
A pesar de toda esa irracionalidad, o quizás precisamente por eso, la derecha ha dado crédito a las especulaciones del ICCAS. Ayer mismo el director del tristemente célebre instituto, Jaime Suchlicki, fue entrevistado por la cadena Fox sobre todo para sacarle declaraciones contra el presidente Obama. Lo que no esperaba Fox es que Suchlicki dijera: “Si se confirma esta información sobre la presencia de tropas cubanas en Siria ahora, indicaría que el general Raúl Castro está más interesado en el apoyo de sus aliados, Rusia y Siria, que en la continuación de normalizar las relaciones con los EE.UU.” El presentador y seguramente buena parte del público se quedaron atónitos, como pensando: “Bueno señor Suchlicki, si se le ha invitado a la televisión nacional es justamente porque creímos que su información estaba confirmada”.
Lo que no sabe Fox, ni el público norteamericano, es que Jaime Suchlicki es un cubanólogo, pero de Miami, donde lo menos que hace falta para comparecer en los medios es la credibilidad. Por eso es que mientras la atención sobre la “información” decaía, el presentador Juan Manuel Cao del canal 41 de Miami la seguía comentando anoche como la “gran noticia” del año.
Esta, como tantas otras, es una noticia sin desarrollo ni confirmación; incluso para manejar un tema tan delicado, la mal llamada Radio Martí no pasó de una búsqueda en Wikipedia. La misma emisora, después de decir que el Pentágono confirmó a Fox la presencia de militares cubanos en Siria, no precisó qué funcionario del Pentágono hizo tal confirmación, ni qué tipo de “tropas” Cuba tendría allí. Eso sí, el medio anticubano tuvo que admitir, y cito, que el “Departamento de Estado afirmó a la prensa que ellos no poseen informes que corroboren la historia.” Quizás lo que aseguró el inidentificado funcionario es que es verdad que el ICCAS hizo el cuento. Ese, y muchos otros.
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