Por Reynaldo Cruz
Yulieski Gourriel y Frederich Cepeda están en Japón, jugando en la Nippon Professional Baseball (NPB), eso lo saben todos. El uno, de regular, como tercer madero y tercera base del equipo del Yokohama DeNA BayStars, mientras que el otro estuvo de cuarto bate con los Yomiuri Giants, aunque en estos momentos cumple funciones como emergente, tras el regreso a la alineación de otro cubano: el camagüeyano Leslie Anderson. Para nadie es un secreto que si bien a Cepeda no le ha ido tan bien como muchos esperaron, a Yulieski parece marcharle todo viento en popa, la pregunta que muchos podrían hacerse es ¿cuál ha sido la mayor dificultad de ambos?
Pues la respuesta es bien simple: adaptación.
En realidad, todo habría sido más simple si la apertura a la firma de contratos hubiese sido antes. Cepeda, por ejemplo, no batea siquiera .200 (apenas .182), aunque ha recibido unas cuantas bases por bolas (17, más que sus 12 imparables), y ha pegado cinco jonrones, dos de ellos como emergente. Exhibe un relativamente elevado OPB de .345, contradiciendo ampliamente su bajo average.
En su último choque compareció en sustitución del venezolano José Celestino López (un cambio común, el de uno por el otro, con Leslie Anderson patrullando cambiando del izquierdo a la inicial, y viceversa) y pegó jonrón de tres carreras al jardín derecho en el sexto inning para empatar el encuentro ante el derecho relevista de los ORIX Buffaloes Motoki Higa. Luego falló en rolata por la inicial con dos a bordo en el octavo inning. Los Kyojin perdieron este partido 6-5. Sus estadísticas, en sentido general, indican que le ha costado trabajo adaptarse al pitcheo japonés, y todo parece indicar que la adaptación es mucho más difícil para él a sus 34 años que para Yulieski a sus 30.
Hablando de Gourriel, a éste si le ha ido un poco mejor, pues tras lograr el segundo modasho (juego de tres imparables) de su carrera, con un doble y tres anotadas en cinco turnos, su promedio de bateo está en .344. En la primera comparecencia, el infielder cubano pegó doble al central y anotó carrera por jonrón de Taketoshi Goto; cedió el tercer out del segundo inning con rolata por el box y dos a bordo. Luego pegó imparables al izquierdo en el cuarto y al central en el sexto, y en ambas ocasiones también anotó carrera, para finalmente elevar al campo corto en el séptimo episodio. En parte, gracias a su aporte el equipo venció 11-6 a los Chiba Lotte Marines.
A Yulieski le ha ido mejor que a Cepeda, aunque realmente existe la certeza de que podría haberle ido muchísimo mejor, si hubiese hecho la transición antes. Lo mismo va para Cepeda, a quien de seguro estaríamos viendo compilar por encima de .300 en la NPB si hubiese sido contratado digamos tres o cuatro temporadas atrás, pero en este caso, siguiendo la que tal vez haya sido una de sus peores temporadas desde que se consagró como un estelar, no es lógico pedirle mucho más.
Hay muchas personas que dirían que la edad no es justificación, y mucho menos la migración en este tiempo, pues en el caso de Michel Abreu debutó el pasado año y lideró la Liga del Pacífico con 31 vuelacercas. También tenemos a Leslie Anderson (quien en el último encuentro se fue de 4-0 con tres ponches como quinto bate de los Yomiuri Giants), que en estos momentos se encuentra bateando .320, nada mal para esta liga. Lo que sí sucede es que en ambos casos estamos hablando de peloteros que llevaban al menos tres temporadas en los circuitos profesionales que responden a la pelota de Estados Unidos. Es cierto que no todos son los mejores, pero nadie puede negar que se trata de ligas donde enfrentan a lanzadores con oficio, con conocimientos, con concentración, nada que ver con las Series Nacionales.
Era de esperar que alguno —o ambos— de los dos jugadores que se beneficiaron con la reciente ley de contratación para ir a Japón tuviese un “bajón” en su rendimiento. Después de todo, ya se ha reconocido públicamente que el béisbol cubano no tiene la calidad para retar y exigirle un esfuerzo a algunos de nuestros jugadores. No podemos olvidar, por ejemplo, un caso tan reciente como el de José Dariel Abreu, a quien por momentos la Serie Nacional comenzó a quedarle pequeña en extremo, y una vez que llegó a la MLB comenzó a castigar su pitcheo. Creo que el momento de su llegada no pudo ser más apropiado, fue el momento justo.
El punto es que ahora con la apertura preocupa que solamente hayan tenido oportunidad de asistir a Japón Yulieski Gourriel y Frederich Cepeda, que de más está decir, no son los únicos peloteros con calidad en Cuba. Hace poco se rumoró incluso de que los Yomiuri Giants tenían interés en contratar lanzadores, y se habló incluso de Ismel Jiménez, Norge Luis Ruiz y el novato Vladimir Gutiérrez, pero de esto no se dijo más nada. O bien los japoneses se están tomando su tiempo para ver cómo evolucionan los espirituanos, o están esperando al año que viene, de todos modos, hay que recordar que ellos solamente pueden tener una cantidad limitada de peloteros extranjeros en su roster activo.
Lo realmente preocupante de todo es que no se ha dicho aún si se planea una estrategia para dar oportunidad a los jugadores jóvenes. En realidad, está más que claro que si los casos de Cepeda y Gourriel hubiesen tenido lugar hace cuatro o cinco temporadas, hoy estaríamos contando una historia totalmente diferente, para ambos. El precio de su transición hasta ahora no ha sido tan elevado… podría haber sido peor.
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