La Serie Nacional de beisbol cubano terminó para 12 equipos, incluyendo a los 4 grandes, con Pinar del Rio, Santiago de Cuba, Villa Clara e Industriales recogiendo los bates y comenzando una larga temporada muerta, sin embargo estos últimos han logrado atraer toda la atención hacia su manager, Lázaro Vargas, quien no ha podido ser consistente y tras 4 años de incongruencia, su puesto a la cabeza de los Azules puede ser cosa del pasado.
Veamos un pequeño detalle que todo el mundo ha estado omitiendo, casi sin importancia.
Clasificar para la Postemporada en los últimos 3 años ha sido cosa de solo 4 puestos, 4 puestos, no 8 como estábamos acostumbrados desde 1998, por lo que si el asunto es estar entre los 8 primeros Pinar e Industriales lo lograron, lo que les falto un poco para ir a los Playoffs.
La manía de creernos que el beisbol cubano se ha vuelto loco y que el tiempo pasado (recientemente) fue mejor, nos obsesiona. Ha faltado poco para escuchar a falsos profetas gritando, “¡Los 4 Grandes no clasificaron!!! ¡Apocalipsis Now!!!” ¿Saben qué? Las cosas no han sido siempre tan fácil para los equipos más estables en Series Nacionales y en campañas consecutivas uno solo logró colarse en Playoffs, pues en la temporada del 91 los clasificados fueron Habana, Henequeneros, Santiago y Camagüey, mientras que en el 92 Industriales, Henequeneros, Camagüey y Granma le dieron vida a la Postemporada. Créanme que no se acabó el mundo en ese momento y tampoco se va a acabar ahora. Es cosa de ciclos.
Pero a lo que íbamos, Vargas.
El caso con Lázaro Vargas va más allá de juegos ganados y perdidos, pues en 4 temporadas regulares el hombre tiene promedio de 552 (197-160), que no es la octava maravilla pero tampoco está mal.
Encima de eso, los Industriales en las últimas 7 campañas han estado fuera de la Postemporada 4 VECES y eso es inaceptable, pero significa que la culpa no es 100% del manager.
Duodécimo lugar en el 2009, primero en el 2010, decimo en el 2011, segundo en el 2012, quinto en el 2013, tercero en el 2014 y sexto en este 2015.
Algo ha estado mal todos estos años, pues desde la época de Anglada los Industriales no han logrado ser invencibles como deberían, a pesar de tener la misma columna central.
Pero (esa es la peor palabra que se ha inventado, pues cambia el sentido de todo en un instante), repito, pero, Vargas sabía que después de las 3 temporadas con German Mesa (128-142 (474)) no había paños tibios, sabía que el equipo tenía calidad pero necesitaba recuperar el carácter de la década pasada y sabía que 4 años, sin títulos y par de veces “fuera de la comida” pesarían mucho en su currículo.
Vargas fue un gran jugador, excelente bateador y defensor, que salvo la excepción de que no era un hombre de fuerza, podía medirse de tú a tú con los mejores de su época, su regreso de una lesión de la cual pocos logran caminar, como él lo hizo, fue indescriptible, pero (¿otra vez esa palabra?) Vargas por ratos, a veces por muchos ratos, parecía un hombre apático, al que le daba lo mismo cualquier cosa, demasiado inmutable e introvertido.
Esa misma apatía y desinterés ha trascendido a sus días como piloto, demasiada paciencia, inalterable inning tras inning y más importante aún, incapaz de desprenderse de sus ideas, que se han convertido en caprichos. Revolucionarse a sí mismo y hacer ajustes no se le ha dado bien, de hecho, no se le ha dado.
Vargas puso un pie en el banco de Industriales y sus relaciones con Juan Carlos Torriente han sido fatales, tal es así que el segunda base salió de una temporada de 120 hits y Preselección del equipo Cuba a banco de los Industriales, aparentemente perenne.
Similar historia con Pavel Pino, mientras que si hacemos un poco de memoria recordamos que hizo a Abel Viego miembro de la rotación del equipo y tras dos aperturas le dio baja del roster, cosa que terminó en bronca y como uno de los primeros escándalos bajo su mandato, que no presagiaba luces en el horizonte.
Yasmani Tomas y Lisbán Correa pasaron decenas de partidos en el banco y por alguna razón desconocida, en el 2013 y el 2014 se negó a pedir otra posición que no fueran pitchers como refuerzos, cuando ahora tuvo en el banco a los regulares con los que pretendía ganar en esos dos torneos anteriores.
Vargas ha sido incongruente, negándose a tocar bola por meses y luego se aparece en juego de vida o muerte contra La Isla con Frank Camilo sacrificándose, con hombre en primera y UN OUT.
¿De qué manual sacó eso el manager de Industriales? OMG
Hay como 8 opciones distintas, lógicas, en similar situación. La que escogió Vargas no era ninguna de ellas.
El pitcheo ha sido un desastre, pero así está el país entero. ENTERO.
Vargas no ha hecho la tarea como es debido y en realidad 4 años son un tiempo razonable, especialmente cuando no se ve mejoría, sino lo contrario.
La opinión de la mayoría de los peloteros Azules es de respeto hacia su manager, como ser humano, como hombre, inclusive como conocedor de beisbol, teóricamente hablando. A decir verdad, dirigir en Cuba hoy, es un dolor de cabeza, mucha guapería, muchos complejos, demasiada interacción con el mundo fuera del terreno y limitaciones infinitas para los directores, pero eso cuenta para los 16 managers y Vargas, con los mismos problemas que el resto, tenía equipo para llegar a los Playoffs y más.
Las intenciones del ex antesalista han sido las mejores, pero la química no existe y el futuro no pinta prometedor, pues los Industriales no pueden estar muertos de la risa en el banco mientras la temporada se les va de la mano y un equipo que se respete no puede ir a jugar a su casa los últimos 6 partidos de la campaña y perderlos todos.
El tiempo de Lázaro Vargas pasó y es hora de buscar nuevas fórmulas, de las que estaremos hablando en otro momento, aunque todavía la Comisión Provincial no se haya pronunciado. Veremos que depara el futuro.
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