A propósito del próximo día de los padres pensaba en todos aquellos que no estarán junto a sus hijos por mil razones personales, pero sobre todo, por jueces no justos, por leyes absurdas, por decretos, por antagonismos insuperables, por caprichos y por las más inverosímiles causas justificadas a medias, casi injustificadas o sin la más mínima justificación, todo esto parece redundante, y lo es, como redundante es el dolor de aquellos que están separados de sus hijos. No hay en el mundo lugar donde no se conozca este doloroso dolor, intencionalmente vuelvo a redundar, porque trato de expresar el martirio de quienes lo sufren.
A ellos dedico este post, para a la vez proponer, a todos aquellos otros que tienen el poder de cambiar esta suerte de cosas, que hagan cuanto antes un gesto de humanidad. Está en sus manos otorgar la libertad a quienes la merecen, porque no son un peligro para sociedad o país alguno.
Tenemos el concepto de que la ley es para defender la justicia y el orden, pero si la ley se extralimita se vuelve injusta y pierde su razón de ser. Muchas personas en este mundo necesitan de libertad para rencontrarse con sus seres queridos, muchos padres este día sufrirán, y aunque mi simple voz no se escuche tan alto como la de aquellos en quienes sus pueblos han depositado la responsabilidad y la confianza de gobernar y dirigir, por amor al género humano, a la paz y, a la concordia, lanzo mi petición a los que en sus manos tienen el poder enderezar tanto entuerto; y no puedo en un momento así, dejar de dirigirme al presidente Obama, para que libere a los Cinco cubanos encarcelados en Estados Unidos de Norteamérica y se convierta en la piedra angular de otras muchas libertades.
Una vez le dije a alguien a quien amo mucho: "Yo para ti jamás seré ni la espada, ni la pared, cuando alguna circunstancia de la vida me ponga en este dilema, sabré moverme para que tu sigas adelante, de mi nunca sentirás esa presión tediosa que la mayoría de la veces viene del orgullo o de intereses que casi siempre son mezquinos". Conociendo cuales son los próceres que admira el señor presidente Obama, y por ende mueven su carácter y su sabiduría, me atrevo a pensar que cuando de libertad y derecho se trate, él nunca será ni la espada, ni la pared.
Por favor señor presidente, libere a los Cinco y, aunque sólo sea por aquello de respetar las votaciones de las Naciones Unidas y la voz de la mayoría, que es sin dudas, la voz de la democracia, elimine por completo el embargo a Cuba.
Estas libertades que nuestro tiempo le da la oportunidad de protagonizar hoy, serán la base de otras muchas libertades que, lo ayudarán a pasar a la historia como el padre de tanta ventura.
Muchas Gracias.
Muchas Gracias.
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