jueves, 30 de enero de 2014

El Modelo Económico no lo es todo

Tomado de la Revista Moncada. Escrito por Esteban Morales

Como  ha  sido dicho, se trabaja en una fundamentación teórica del Modelo Económico. Pero mucho cuidado con olvidar, que aunque lo económico es lo fundamental, esto último no se sostiene sin un Modelo Político. Es más, dialécticamente hablando, la economía es lo fundamental, pero no siempre lo es en cada momento especifico de la dinámica social. No pocas veces, la  política  prima sobre lo economía.
También debiera llamarse a trabajar  para  una fundamentación teórica de nuestro modelo político;  de ese, que querámoslo o no, saldrá  del impacto  de  los cambios que se generen como resultado de la  emergencia de un  nuevo modelo económico.

En cierto modo,  el  reciente discurso del Vicepresidente Díaz Canel, traza esa orientación, cuando llama a las universidades,  a los centros de investigación y a la intelectualidad toda, a conceptualizar  los procesos que vive la nación , sobre la base del debate ideológico, la polémica y el análisis crítico  comprometido y revolucionario .
Son varios los  asuntos  que abarcaría  el  debate para una fundamentación de nuestro modelo socioeconómico.  Visto dentro de la dinámica de los cambios a los que nos  lleva  el  proceso de  precisión conceptual y practica del nuevo modelo económico.
A nuestro  entender  ese proceso abarcaría los aspectos  fundamentales siguientes:
-En primer lugar,  no es posible llevar adelante las tareas que tenemos planteadas en el ámbito económico, político y social, sino logramos  la más completa y  dinámica  participación de los trabajadores y de los cubanos todos en ese proceso. Participación es la clave del éxito en todo lo que hagamos para  hacer avanzar los cambios.
-Para ello es fundamental  que todas las organizaciones, encabezadas por el partido, termine de romper con  los esquemas que limitan la participación de cada ciudadano y en particular de cada militante en el debate de los problemas.
-Debe profundizarse en la estructuración  de la sociedad civil cubana. La que debe  representar los intereses que emergen más allá de aquellos representados por las organizaciones políticas y de masas, como poleas trasmisoras de la política del partido. Tomado en consideración que los ciudadanos tienen intereses  privados que van más allá  de los que ya están representados  en esas organizaciones mencionadas.
-La prensa cubana, en todas sus esferas, debe terminar  de abandonar, el secretismo, el esquematismo, el elitismo, el exclusivismo en el manejo de la información, dándole a la intelectualidad revolucionaria, la más amplia participación  en el  análisis crítico de los problemas,  para lograr devenir  en una verdadera plataforma de debate de los problemas que nos afectan.
- Las masas deben experimentar  la sensación de que la crítica abierta, el cuestionamiento de las políticas, el señalamiento de los errores, el acoso critico a la burocracia que frena los procesos, este  en el partido, el estado, el gobierno y a cualquier nivel de la estructura política, es una actuación que  cuenta con   respaldo y logra las  respuestas  adecuadas.
- En particular la militancia del partido, debe estar   alerta porque hay  “topos”, individuos que haciéndose pasar por revolucionarios, frenan los procesos, realizando un conjunto de actividades para introducir la desconfianza, el malestar, el desánimo  y  servir de quinta columna a la subversión. 
Pienso que una tarea fundamental    que tenemos,  es detectar siempre a los que por ignorancia o intención,  frenan el proceso que vive el país. Se trata de la nueva  “contrarrevolución”, esa  que como la corrupción,  puede también estar en las altas esferas de la dirección del país. En las organizaciones políticas  y de masas,  en las instituciones sociales.
Sin dudas, se observa resistencia al cambio,  por parte de ciertos factores de la sociedad. Particularmente la prensa,  la que  a pesar de las múltiples críticas  recibidas,  continúa sin hacer los aportes que se esperan de ella. Pero,  ¿Se trata de algo de lo que los periodistas sean responsables? Creo que no, parece que  la responsabilidad  está  al más alto nivel del partido, que se resiste a cambiar el modelo con que hasta ahora ha dirigido la prensa. Siendo ello para mí una expresión clara de que la resistencia al cambio puede provenir también  de las mismas altas esferas de la dirección del país. Lo cual puede tener lugar  con varios temas de nuestra realidad social.
Particularmente en el tema racial, de gran sensibilidad,  estas  incongruencias,  más arriba mencionadas, se manifiestan con gran claridad. La escuela, la prensa, la ciencia, apenas han comenzado a avanzar para acometer la solución del tema. A pesar de que  enfrentamos la realidad de que desde la subversión se trabaja  para convertirlo  en un arma contra la revolución y el país.
No se trata de que exista como tal un racismo institucional, pero las instituciones del estado encargadas de trabajar contra el problema y sus diferentes manifestaciones se encuentran muy atrasadas en las tareas a realizar. Se avanza ya en los campos de la educación y el trabajo científico, pero   ni la prensa escrita ni la televisión  han asumido su papel. 
Fidel Castro y  el Presidente Raúl Castro, se han referido en múltiples ocasiones   al problema, como una lacra vergonzosa que la sociedad cubana arrastra, pero se ha avanzado  poco aun  por  desterrar el problema de nuestras relaciones sociales.
Tanto el tema racial como el de la prensa  son dos claros ejemplos  de las resistencias  que existen  para hacer avanzar proyectos que tienen una relación directa  con los cambios que el país está obligado a realizar ,temas que al mismo tiempo,  son dos objetivos del trabajo de subversión contra Cuba.
No obstante, pienso que el  fenómeno  más    complejo  al que hoy nos enfrentamos ,  está  en la combinación entre  la resistencia que aún se observa  a poner en práctica las críticas que la más   alta dirección política hace, la magnitud de los problemas y el limite  supervivencia  de esa propia dirección política.
Cuba se encuentra hoy ante la encrucijada de un cambio sustancial, que no se sabe si podrá ser conducido hasta el  final  por la Dirección Histórica de la Revolución. La  que si bien es cierto,   es a su vez la responsable  de los errores cometidos, es al mismo tiempo la que cuenta con  liderazgo y la experiencia para llevar al país por los nuevos derroteros.

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