“El Natural”. Ken Griffey Junior en La Habana
Los peloteritos marianenses de Ciudad Libertad se dieron un gustazo en la tarde de este lunes, cuando recibieron una clínica de bateo y fildeo por parte de cuatro estelares jugadores encabezados por Ken Griffey Jr.
“El Natural”, como le llamaron por la época en que sembró el terror en Grandes Ligas, estuvo acompañado por el ex torpedero Barry Larkin, exaltado al Salón de la Fama en 2012; el otrora lanzador de los Expos de Montreal Joe Logan; y la todavía activa softbolista Natasha Watley, campeona olímpica en Atenas 2004.
“Sean niños, disfruten del juego”, dijo en repetidas ocasiones el sexto jonronero histórico de las Ligas Mayores, quien –mientras explicaba la posición idónea para bloquear un hit a los jardines- explicaba que “el béisbol es sencillo, somos nosotros los que lo complicamos”.
Los pequeños observaban atentamente al coloso negro que, después de regalarles una lección de estilo con aquello de “el pelotero tiene que comportarse como si tuviera puesta una corbata, erguido y con elegancia”, comenzó a despachar cuadrangulares kilométricos ante la admirada muchedumbre que se aglomeró enseguida alrededor del terreno.
El sol era infernal, pero nadie se permitía el lujo de aburrirse. Larkin, en muy buen español, insistía en la necesidad de que el bateador se sienta cómodo en situaciones incómodas, y los cuatro visitantes corregían defectos, aconsejaban con la voz de la experiencia y ponían énfasis en posiciones de fildeo y tiro.
“En Estados Unidos hacemos los mismos ejercicios que ustedes hacen ahora, no pueden dejarse ganar por el desinterés ni la falta de voluntad”, decía Griffey Jr., evidentemente motivado por el rol de profesor. Un minuto después, con vista de águila, corrigió un defecto en la postura de bateo de un muchacho, y las conexiones de éste –sobran los testigos- comenzaron a ser más sólidas y mejor ubicadas en el campo.
Al final de la sesión, mientras el grupo foráneo hacía entrega de una donación de implementos deportivos, conversé apuradamente con algunos de ellos…
“Yo era un niño más que quería ser como su padre, y nunca pensé que podría pegar 20, 30, 40 jonrones por temporada. A los 14 años, mi padre me dijo que yo iba a superarlo, pero esperó a que yo tuviera 25 para confirmármelo. Siempre lo tuve como un modelo a seguir, y él me exhortaba todo el tiempo a que fuera yo mismo. Y eso hice. Uno juega a la pelota para divertirse, porque es tan solo un juego. La clave es ponerle entusiasmo y ganas, para ser feliz con él”. Ken Griffey Jr.
“No hay diferencias entre el pelotero latino y el norteamericano, el béisbol es el mismo en todas partes, y representa una pasión para demasiada gente. Lo que tienen mejor los latinos es el movimiento de los pies, disponen de un balance increíble. Yo conozco a varios peloteros cubanos que eran magníficos, como Víctor Mesa y Tony González, y hace unas horas pude conocer a Omar Linares. Ojalá que podamos seguir con estos programas de colaboración en Cuba, porque el béisbol es una manera más de acercar a los pueblos”. Barry Larkin.
“Yo jugué contra Cuba en Juegos Panamericanos y me parecen muy buenas jugadoras, con habilidades para el bateo y el fildeo, pero más limitadas en materia de lanzadoras. Después de ganar las Olimpiadas de 2004 y quedar segunda en 2008, me he dedicado a jugar en la Liga Japonesa, donde compito seis meses al año. Allá se defiende con una precisión increíble, y la velocidad en el corrido de las bases es un signo distintivo”.
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