lunes, 17 de agosto de 2015

El desencanto de Puig

La sonrisa permanente que tenía en su rostro al principio de la temporada ha desaparecido.
Las bromas con las que trataba de crear un ambiente relajado y distendido ya no aparecen.
Lo estruendoso de su voz ya no detona dentro del vestuario del equipo.
Hoy, Yasiel Puig es una persona muy diferente a la que en abril pasado inició su tercera temporada con los Dodgers de Los Ángeles.
“Sí, está preocupado porque las cosas no se le han dado”, dijo Mike Brito, el hombre que descubrió el talento del pelotero cubano y que lo trajo a las Grandes Ligas.
El miércoles, antes del partido entre Dodgers y Nacionales de Washington, Puig apareció muy sobrio en el vestuario.
Sin dirigirse a ninguno de sus compañeros, con el rostro serio y sin pronunciar palabra para tratar de pasar inadvertido, se enfundó en su ropa de entrenamiento, tomó su bate y se dirigió al campo de juego.
La tensión entre el cubano y el resto del equipo ha crecido tras la aparición de reportes que señalan el descontento de algunos jugadores por la forma en que Puig se conduce dentro y fuera del terreno de juego.
Muchos no están de acuerdo en ciertas bromas que Puig le jugaba a algunos de su compañero, como la de entregarle un plátano a José Uribe cada vez que pegaba un cuadrangular.
“Esa era una broma pesada, a algunos eso no les caía bien, pero José era el mejor amigo de Yasiel y cuando José fue cambiado a Atlanta, eso le dolió mucho a Yasiel, la verdad es que le afectó mucho”, dijo Brito.
Razones y consecuencias
En el campo de juego, el cubano sigue cometiendo errores mentales que de ninguna manera le ayudan en su meta de establecerse como un pelotero de Grandes Ligas.
Aunado a a esas confusiones, la poca paciencia que muestra en la caja de bateo para esperar el lanzamiento adecuado para hacer contacto, también deja mucho que desear.
“Tiene mucho que mejorar, como cualquier jugador que desee subir su nivel, Yasiel tiene mucho que trabajar”, aseguró el mánager de los Dodgers, Don Mattingly.
El piloto de la escuadra angelina apuntó que el cubano todavía no ha madurado emocionalmente, pero que esa situación en particular no lo inquieta.
“Eso es lógico, todos los jugadores jóvenes deben de pasar por ese proceso que después los lleve a madurar y a entender mejor el juego, Yasiel no es la excepción, en realidad eso no me preocupa”, subrayó Mattingly.

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