lunes, 6 de abril de 2015

La fuerza financiera del BAII

Por Hedelberto López Blanch
Que más de 40 naciones se integren como fundadores al Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII), iniciativa puesta en marcha por China, representará un duro golpe a las aspiraciones de Estados Unidos de mantener por todos los medios la hegemonía financiera mundial.
La institución monetaria se acordó en octubre de 2014 mediante un acuerdo de fundación rubricado por 21 Estados y un capital previsto de 100 000 millones de dólares, mientras la redacción final de sus estatutos internos deberá concluir a finales de 2015.
Según las proyecciones, comenzará con un capital de 50 000 millones y China esta dispuesta a entregar la mitad.
La fecha tope para ingresar al BAII, con rango de miembro fundador, fue el pasado 31 de marzo, aunque después se puede pertenecer pero sin esa categoría. Estados Unidos se ha negado a unirse bajo el pretexto poco convincente de “la insuficiencia de los estándares” del nuevo banco , según el diario digital, editado en New York y Washington, The Fiscal Times.
Un artículo aparecido en ese periódico bajo la firma de Patrick Smith asegura que cuando China anunció la fundación de una institución multilateral, la administración de Barack Obama ya llevaba tiempo posicionándose en contra de la iniciativa e instando a sus aliados a no participar en la misma.
Sin embargo, para China no fue difícil hallar suficientes miembros. Entre los que ya han aceptado ser fundadores, se encuentran Francia, Reino Unido, Rusia, Brasil, Holanda Dinamarca, Georgia, Turquía, Arabia Saudita, Surcorea, Nueva Zelanda, Alemania, Italia, Australia, Luxemburgo, Suiza, India e Indonesia, entre otros.

De las principales economías del mundo aun están ausentes, además de Estados Unidos, Japón y Canadá.
Los recursos serán destinados a países de la región asiática interesados en desarrollar proyectos energéticos, de transporte, construcciones y telecomunicaciones y se vincula al programa del Cinturón Económico y la Ruta Marítima de la Seda, también iniciativas de las autoridades chinas.
Varios participantes en el Foro de Boao para Asia 2015, localidad china de la provincia de Hainan, que tuvo lugar del 26 al 29 de marzo, intentaron que Washington cambiara su negativa posición de no pertenecer al banco, lo cual le hace quedar aislado.
Delegados al Foro especularon sobre si la iniciativa de Beijing constituye un reto al orden financiero mundial controlado por Estados Unidos.
Y no dejan de tener razón pues China ha venido creando estructuras económicas y financieras que la están lanzando a los primeros peldaños de la arena internacional y su moneda, el renmimbi o yuan se abren cada día más espacio, lo que representa una significativa amenaza a la hegemonía del dólar.
Para el diario inglés The Financial Times, el BAII se ha convertido en uno de los temas centrales en la creciente competencia entre China y Estados Unidos para determinar quién va a definir las reglas económicas y comerciales en Asia durante las próximas décadas, y aseguró que la nueva entidad es “un rival potencial para el Banco Mundial” que tiene sede y presidente en Washington, así como para el Banco Asiático de Desarrollo donde Japón (su principal aliado en Asia) juega un papel determinante.
El malestar que ha causado en Estados Unidos la afrenta de China de crear esa institución fue expresada por medio del secretario del Tesoro, Jack Lew quien ante el Congreso norteamericano, tácitamente amenazó a sus aliados mundiales cuando declaró: “antes de comprometerse definitivamente espero que cualquiera que preste su nombre a esa organización se asegure de que su gestión es apropiada”.
China, por su parte, ha respondido con toda su sabiduría milenaria por medio de su ministro de Finanzas, Lou Jiwei cuando aseguró que en lugar de debilitar a las instituciones ya existentes las reforzará para poyar con más vigor el crecimiento de la economía global.
Mientras el vocero de Relaciones Exteriores chino Hong Leu, argumentó que el banco tendrá las características de ser abierto, integrador, transparente y responsable.
Conociendo la importancia de China y del yuan en un futuro cercano, hasta la directora-gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, durante el recién terminado Foro de Boao, se mostró “encantada” de colaborar con ese banco porque existe un gran espacio para la cooperación. 
Aseguró Lagarde que China está allanando el camino para implicarse más en el mundo a través de la inversión, el comercio y una mayor participación en el diálogo multilateral.
Si como se ha dejado entrever, el yuan podría llegar a formar parte de los derechos especiales de giro y la canasta de monedas del FMI, se subiría otro escalón para que el renmimbi se establezca como moneda de reserva mundial, lo cual sería otro golpe al billete verde.
El BAII resulta un nuevo paso en la expansión global de Beijing que se complementa con el cinturón económico de la denominada Ruta de la Seda y la Ruta Marítima, con la idea de interconexionar a China con Asia Central, Oriente Medio y Europa Occidental y que cuenta con la anuencia de India y Rusia.
Mientras China amplía con paciencia y dedicación el entorno geopolítico, Estados Unidos se mantiene detenido en su caduco sistema político sin comprender que el mundo en que vivimos cada vez es más multipolar. 





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