en línea desde la reanudación de las mismas en el verano de 2012. A diferencia del pasado año, esta vez los cubanos, con un elenco completamente diferente, pudieron borrar la pálida imagen del 2013 y “vengaron” las cinco derrotas en territorio norteamericano, con la misma cantidad de triunfos en igual número de salidas ahora en tierras cubanas.
Para la afición fue reconfortante, pero al final significó solo el inicio de una largo camino que en tiempos actuales tiene a todos enfocados en el Clásico Mundial 2017. Pese a esto, si algo quedó demostrado en esta serie y en referencia al elenco nacional, es que nuestros peloteros necesitan oportunidades por igual a cualquier nivel de juego, pues solo eso los hará crecer aún más como competidores y les dará la maestría para ganar a otros niveles.
Pero no nos dejemos engañar. No quiero ser para nada crítico de la selección cubana llevada a este tope, pues a fin de cuentas compitieron contra el rival que no pusieron ellos, jugaron a gran nivel y al final consiguieron lo más importante para la afición y ellos mismos, el resultado, pero pese a esto hay factores que necesitan ser observados.