En el
gallinero existe la jerarquía, las gallinas me recuerdan a las gentes, solo
unas gallinas pueden comer junto al gayo rey, las segundonas un poco más lejos,
las terceronas otro tanto más, luego, revolisqueando por las paredes, en el
extremo de la jaula, están las aspirantes, las babosas.
Las que no
se ven dentro del gallinero deben ser las orgullosas, las más dignas, las que
por no aguantar picotazos de prueba y por no embarrase las patas con la mierda
de otros prefieren caminar al monte, sin jaulas, libres, fuera del gallinero y
de sus oscuros niveles. Así surgió el
guineo, la gallina del monte, no en vano es un ave sagrada en Namibia.
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