Escrito por Reynaldo Cruz
Claro, la noticia del restablecimiento de relaciones entre dos naciones tan beisboleras como Estados
Unidos y Cuba —divulgada hace poco más de un mes— acaparó los titulares no solo de la prensa política, sino también de la especializada en otras materias, como la cultura y el deporte. Desde el inicio, la Major League Baseball declaró estar monitoreando de cerca el desarrollo de estas relaciones, pues cada paso hacia la normalización o el acercamiento podría tener un impacto inmenso en el béisbol cubano y en cómo llegan los peloteros de este país a las Grandes Ligas, así como en el status que tienen en Cuba los que hayan abandonado el país.
En el último discurso del Estado de la Unión (State of the Union Address) el Presidente Barack Obama habló incluso de la necesidad de poner fin al bloqueo de Estados Unidos a Cuba. Pero es algo bastante ingenuo pensar que tanto resentimiento acumulado en uno y otro lado por más de cinco décadas va a desaparecer de la noche a la mañana. Sin embargo, no hay dudas de que son muchos los que han celebrado este acontecimiento no como algo que pueda poner fin a los conflictos entre ambas naciones (aún no), pero como algo que permitirá por lo menos que haya un diálogo menos hostil.
El reporte escrito por Ted Berg en USA Today, relata que:
Nuevamente, desde una visión general el lado beisbolero de esto[i] no tiene tanto valor como las amplias implicaciones políticas de la relación. Pero parece que al menos se ha dado un paso positivo hacia permitir que algunos de los mejores jugadores del mundo practiquen el deporte a su más alto nivel sin tener primero que arriesgar sus vidas para ello.
No obstante, hay una enorme gama de posibilidades que están al alcance de la mano, pero que aún no pueden implementarse mientras exista el bloqueo económico. Acá un listado de cosas que serían posibles si estas relaciones van mejorando paulatinamente.
1. Presencia de ligamayoristas cubanos en la nómina de Cuba a los Clásicos Mundiales de Béisbol: Esta es una variante sobre la cual se ha hablado más de una vez, y sobre la que incluso algunos peloteros cubanos (dígase Michel Enríquez y Eduardo Paret) tienen criterios encontrados sobre si permitir o no que jugadores que no residen en Cuba representen al país. Hay muchos jugadores que —de recibir permiso por parte de sus respectivos equipos de la MLB— podrían fortalecer el roster de la selección cubana al WBC, y permitir, por supuesto, que Cuba avance en un torneo en el que ostenta un segundo lugar y dos puestos entre el quinto y el sexto en las dos últimas ediciones, sin haber ganado jamás un título, algo que podría cambiar si se incluyen en la nómina nombres como Leonys Martín, Alexei Ramírez, José Dariel Abreu o Aroldis Chapman.
2. Más posibilidades de topes entre los dos países: Todo el mundo conoce lo difícil que resulta poner un equipo de Estados Unidos en Cuba o uno cubano en suelo estadounidense. A finales de 2012 se restableció un vínculo que murió a mediados de los años 90, cuando un equipo universitario de USABaseball regresó finalmente a Cuba luego de una ausencia que se extendió por casi veinte años. Antes de 1959, varios conjuntos de Grandes Ligas jugaban en la Isla durante la primavera, pero luego de la retirada de los Sugar Kings de La Habana y su reubicación hacia Jersey City, le fue prohibido a los peloteros profesionales de Estados Unidos venir a Cuba, y no fue hasta 1999, cuando los Orioles de Baltimore irrumpieron en el Estadio Latinoamericano que jugadores de la Gran Carpa pisaron un estadio en el país. Una nueva apertura podría posibilitar que conjuntos de Clase A, Doble A, Triple A y hasta la MLB vinieran a Cuba a topar con conjuntos cubanos o la selección nacional.
3. Entrenamiento de primavera (Spring Training) en Cuba: Una de las primeras posibilidades que se abren con esta nueva política es precisamente que algunos equipos de la MLB, buscando nuevos escenarios, jueguen algunos partidos de entrenamiento de primavera en Cuba. Esto viene por supuesto aparejado a la posibilidad de topar, pero estamos hablando de que se pueda hacer incluso una liga en Cuba al estilo de la Cactus League o la Grapefruit League, que tienen lugar duran te el Spring Training, con la participación de algunos equipos de Grandes Ligas y ¿por qué no? hasta equipos cubanos.
4. Un inicio de la MLB en Cuba: La MLB ha desarrollado partidos inaugurales de su liga en Puerto Rico, México, Australia y Japón, se piensa extender hacia Holanda, y en un escenario bien parecido al actual, no es descabellado que dos conjuntos de la MLB inicien la temporada jugando en Cuba. Por supuesto que el lugar para hacerlo debería ser el Estadio Latinoamericano, no tanto por lo emblemático, sino por el simple hecho de que las entradas —de acuerdo con los precios— tendrán más posibles compradores en La Habana que en el resto de Cuba.
5. Peloteros norteamericanos y de otras nacionalidades en la Liga Cubana: No es exageración. Para nadie es un secreto que la Liga Cubana cuenta con un nivel que permitiría a muchos prospectos de ligas como la MLB o la NPB (Nippon Professional Baseball) foguearse y jugar a un buen nivel antes de ascender a sus respectivas Ligas Mayores. Sobre todo esos conjuntos que no tienen una base totalmente sólida en su sistema de granjas (Farm System) o que necesiten dar más juego a sus figuras fuera de la temporada regular podrían enviar a peloteros a Cuba para que se rodeen de buen talento y obtengan experiencias en una liga foránea.
6. ¿Cubanos como agentes libres o pasados por el draft? Esto debería estar más relacionado con el hecho de un posible levantamiento del bloqueo económico, pero no se puede cuestionar que se está hoy mucho más cerca de este momento que hace unos años atrás, o más específicamente, que antes del 17 de diciembre de 2014. Esta es una posibilidad bien remota, pero si los cubanos pudiesen ir a jugar a Estados Unidos como lo hacen hoy en Japón, sería mucho más fácil para los equipos de Grandes Ligas contratarlos, ya sea por vía de la agencia libre, o por vía de un draft (reclutamiento) especial hecho exclusivamente para ellos. En cualquier caso, ambas partes saldrían beneficiadas.
7. Instauración de un Posting System en Cuba: Para poder evitar éxodos a la desbandada, Cuba debería crear un sistema de emisión (Posting System) como el que tienen Japón y Corea en sus respectivas ligas. Los peloteros cubanos se verían obligados a permanecer en el país durante unas cinco temporadas o hasta llegar a los 24 años de edad para poder ser emitidos o estar sujetos al draft, que en este caso sería prácticamente lo mismo, al menos para el jugador. Para poder firmar o pasar por el drafta un jugador, cada equipo se verá obligado a abonar una cantidad de dinero por el pelotero a la Federación Cubana, o al equipo en el que juega al pelotero.
8. Reducción en el número de equipos en la Serie Nacional: Esta no será una consecuencia directa, pues desde hace varios meses se viene rumorando la idea sobre la posibilidad de reducir la cifra de conjuntos que participan en la Serie Nacional de béisbol. Evidentemente, es algo que sucederá de una manera o de otra, pero si los cubanos comienzan a ser autorizados a jugar en las Grandes Ligas las nóminas de los conjuntos se verán disminuidas considerablemente, y la mejor manera de lograr la competitividad y garantizar un buen espectáculo será concentrando a la mayor cantidad de peloteros entre los mejores en menos equipos.
9. Aumento del nivel de la pelota en Cuba: Contrario a lo que muchos pueden pensar, el nivel y la calidad de la pelota cubana no están destinados a disminuir con la apertura. En realidad, la existencia de una posibilidad de jugar en las Grandes Ligas sin tener que abandonar el país o a su familia traería como consecuencia que muchos jugadores se esfuercen más aún por potenciar su talento y por llegar más lejos. Esto podría además provocar que muchos jóvenes vuelvan a interesarse más por el béisbol, y que se vuelva a practicar el béisbol en Cuba con el mismo entusiasmo y con la misma intensidad de hace algunos años, lo que aumentaría la cantidad y la calidad de los peloteros.
10. Mejoras en el béisbol desde la base: Una de las mayores desventajas de la pelota cubana con respecto a países como Japón y Estados Unidos es precisamente que la base no es muy sólida, pues no es en toda Cuba que se practica el béisbol de manera masiva y organizada. Con todos los cambios, la Federación Cubana de Béisbol podría fortalecerse un poco más económicamente, algo que le permitiría ubicar un poco más de recursos en el deporte desde la base, comenzando con implementos y uniformes y terminando con la reconstrucción y/o reparación de terrenos. Por consiguiente, esto también influirá en el interés que niños y jóvenes comiencen a poner al deporte de las bolas y los strikes.
11. ¿Finalmente inversión extranjera y patrocinios?: El hecho de que empresas extranjeras puedan invertir en el béisbol cubano ha sido algo que ya he abordado en otras oportunidades. Una inversión de esas empresas podría tener un aumento en el precio de entrada al estadio[ii], digamos en un 200% del precio actual, esto haría que los estadios aún fueran asequibles para la mayoría de las personas en Cuba y no convirtieran al béisbol en una quimera inalcanzable.
12. Aumento de la memorabilia dentro y fuera de los estadios: Un asunto más que polémico relacionado con el béisbol cubano es que precisamente siempre se ha dejado de la mano la parte comercial, como si se tratara de un pecado. Obviamente, la venta de artículos coleccionables y memorabilia sería sin dudas una cosa que haría que la gente prefiriera ir al estadio en lugar de quedarse en casa. Realmente siembre ha habido una justificación económica para no tomar ninguna acción al respecto. Una mejoría en la economía del béisbol podría traer como consecuencia que se abra el mercado de productos relacionados con el mismo.
13. Apertura en el tema Salón de la Fama: Mucho se ha discutido, polemizado y vuelto a discutir la situación relacionada con la ausencia de Antonio Pacheco en la lista de los cinco peloteros que fueron electos al Salón de la Fama del Béisbol Cubano. Del mismo modo se polemizará más adelante cuando sean excluidos Orlando Hernández, Luis Tiant y otros, de manera tal que la institución académica pierda algo de credibilidad ante los ojos de muchos. Una apertura en la política de ambos países traería como consecuencia sin lugar a dudas que mueran ciertos resentimientos y que se derriben ciertos muros que nublan el juicio y el criterio deportivo de algunos.
14. Mejor y más profundidad en la cobertura de prensa: Una cosa lleva a la otra. Con tantas cosas que podrían mejorar, una de ellas podría ser la reasignación de capacidades para que los locutores radiales de provincias viajen con sus respectivos equipos, pues una de las cosas que más ha afectado la audiencia radial de los juegos de béisbol es precisamente que los aficionados saben que tendrán más de la mitad de los juegos narrados por locutores que apoyarán al equipo contrario y no hablarán en sus mismos códigos. Por otro lado, podría incluso haber transmisión televisiva de todos los juegos del campeonato cubano, además de escritores para cada equipo y una mejor calidad de la imagen y hasta una publicación impresa dedicada enteramente al béisbol.
15. Mayor cantidad de aficionados: ¿Alguien puede dudar que el número y la calidad de los aficionados que asistirán a los estadios iría en aumento? Solamente la mitad de los cambios acá expuestos podría hacer que se disparara la asistencia de público a los parques beisboleros, pues la gente tendrá muchos deseos de ver todas las novedades in situ. Por otro lado, la mejora en la calidad de las transmisiones televisivas junto con la transmisión de todos los partidos haría que creciera además la teleaudiencia, sobre todo entre esas personas cuyos equipos estén en la carretera o que simplemente no vivan donde juegue el elenco de sus preferencias.
16. Aprobación de la realización de transacciones entre clubes: Con una inversión, un cambio en la estructura competitiva, y nuevas posibilidades, no tendría sentido alguno que un club con tres receptores de calidad tuviese a uno de ellos en la banca pudiendo perfectamente enriquecer los rosters de otro club que goza de una enorme profundidad en el outfield, precisamente las carencias del primer club. Entonces, ¿no sería bueno intercambiar? Esto haría que el torneo fuese más competitivo incluso, y que jugadores con potencialidades no se estanquen debido a que tienen un estelar o establecido delante de ellos en el club.
17. Agencia libre en Cuba: El principio de representatividad ha sido siempre una de las banderas esgrimidas por la actual administración del béisbol cubano y todas las que le precedieron. Sin embargo, últimamente se ha permitido que algunos jugadores se vayan de una provincia a otra; claro, que siempre se han beneficiado provincias privilegiadas por los mecanismos imperantes, mientras que otras han recibido un NO por respuesta. Con un sistema como este en vigor, los peloteros podrían ir hacia donde estén sus intereses, aunque siempre de manera regulada, para evitar los “trabucos”.
18. Instauración de un draft de peloteros juveniles: Con el desarrollo que deberían ir alcanzando las categorías inferiores, no sería para nada descabellado pretender que cada año se haga un draft de los peloteros juveniles, como mismo sucede en todos los deportes profesionales de Estados Unidos con los de preuniversitario y universidad. El equipo que menos victorias haya acumulado sería el primero en pedir, y así sucesivamente, de manera tal que la situación entre los clubes sea pareja. Igual que en el deporte profesional, deberá haber rondas compensatorias para quienes hayan perdido jugadores de un club a otro.
19. Aumento de la participación cubana en torneos internacionales y tours: Desde hace algún tiempo, Cuba no participa en todos los torneos en los que podría ya sea por problemas económicos o por permisos de visado que se complican debido al embargo. Una flexibilización de las políticas posibilitaría que Cuba asistiera por ejemplo a la Serie del Caribe en calidad de miembro pleno, no se perdería más una Haarlemse Honkbalweek (Semana Beisbolera de Harlem) y además podría sumarse a hacer varios tours por Europa y Asia.
20. Cuba sede de una ronda del Clásico Mundial de Béisbol y de la Serie del Caribe: Esto está también relacionado con un juego de apertura de la MLB en Cuba. Todavía Latinoamérica —a no ser Puerto Rico en el Hiram Bithorn— no ha albergado una ronda del WBC, y con condiciones un poco mejores en el Estadio Latinoamericano podría servir de asiento a una de las rondas. La Serie del Caribe se ve mucho más cercana, pues los estándares de exigencia son un poco más bajos.
21. Cuba campeón de un Clásico Mundial de Béisbol: Bueno, con el desarrollo que podría alcanzar el béisbol cubano, más la participación de algunos ligamayoristas nacidos en la Isla —recordemos que los clubes impondrán límites de lanzamientos, listados de fatiga extrema, etcétera— no es muy desacertado pensar y/o esperar que los resultados sean visibles en los torneos de ultramar. Cuba ha estado cerca ya, sin tener en su roster peloteros de Grandes Ligas, aunque de cada uno de los tres Clásicos ha salido un ligamayorista sólido y rankeado (2006: Alexei Ramírez; 2009: Aroldis Chapman; 2013: José Dariel Abreu). ¿Qué podría pasar si al menos cinco cubanos de la MLB están disponibles?
22. Otorgamiento a Cuba de una franquicia de la MLB: Este es de todos los sueños el que más categoría de imposible puede recibir. Ya una vez se estuvo cerca, con los Cuban Sugar Kings, y en un escenario ideal, Cuba sería el entorno perfecto para servir de asiento a un conjunto de la Gran Carpa, pues además quienes sigan a ese conjunto podrían perfectamente pasar algún tiempo haciendo turismo además. La fanaticada cubana estaría más que contenta, y muchos jugadores se esforzarían más en el campeonato nacional, pues estarían viendo desde muy cerca los dividendos de hacerlo bien.
Claro, que todas estas fantasías no pasan de ser eso, puras fantasías. Pero después de todo, esto es precisamente de lo que se trata este tipo de artículos: lanzar una idea subjetiva al aire y esperar a ver la reacción de algunos, junto con las muchas críticas y los pocos elogios. En realidad, todo lo anteriormente expuesto no puede ser más subjetivo, pero a veces podemos ser subjetivos y soñar.
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