Escrito por: Pedro Urra Medina
Mis padres siempre me enseñaron que pronunciar malas palabras era un pecado o algo negativo. Desde que tuve uso de razón, siempre me he preguntado, ¿por qué son algunas palabras malas y otras no?
Aunque mi papá, cada vez que se ponía bravo, decía decenas de malas palabras, a mí me prohibía decirlas. Me decía: si te oigo decir una mala palabra, te quemo la boca, yo por temor, no las decía; pero sí me cuestionaba, ¿Qué quiere decir: coño, carajo, puñeta, etcétera. Yo no sé si significan algo; pero yo no lo pude saber jamás.
Eran también malas palabras, referirse a algunas partes del cuerpo, tanto del hombre, como de la mujer, también eran o son, malas palabras referirse a algunas acciones que llevan a cabo, hombres y mujeres.
Yo me preguntaba, es acaso una mala palabra decir partes del cuerpo humano como: pierna, mano, nariz, ojo, oreja, cara, desde luego que nadie consideraba estas palabras que designan partes del cuerpo humano, como malas palabras, pero si se refería uno, a las partes íntimas del cuerpo tanto de la mujer como del hombre, eran malas palabras, lo más que me enseñaron fue que la parte íntima del varón era el pipi y la de la hembra el toto.
Y qué decir de las relaciones sexuales entre ambos sexos, aquello era un sacrilegio, después esto fue cambiando y se decía relaciones sexuales, pero ahora esto se ha poetizado, se dice: “hacer el amor”, todos los días podemos escuchar esto mismo, por radio, televisión y demás medios informativos, y lo vemos normal. Hoy, muchos años después, todavía me pregunto: ¿Cuáles son las “malas palabras”?
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